Carisma y obediencia extrema para manipular a las masas.
Al entrar a la sala se aprecia el negro completo en el escenario. La única luz proviene de unas pantallas que, desde el fondo del escenario, iluminan con la proyección de pequeños fragmentos de discursos de los dictadores más famosos del siglo XX. Los pupitres están alineados en el centro del espacio cuando, de la nada, y con una música estridente, un grupo de alumnos entran al salón de clases y se disponen a desordenarlo todo.
Bajo la dirección general de Armando Álvarez y la producción de Inmarilé Quintero, el Grupo Teatral Skena le da al teatro venezolano una nueva dirección, y presentan, tres veces a la semana, la historia basada en hechos reales de cómo un experimento que empezó en un salón de clases cobró vida propia, y como unos simples ejercicios en clases demostraron que los seres humanos pueden verse enormemente afectados al valerse del carisma y la obediencia extrema para manipular a las masas.
Dentro de los elementos más innovadores y curiosos que se emplearon durante la función se encuentra la dupla de las cámaras de video que se encontraban en escena y las pantallas situadas al fondo del escenario. Lo que sucedía en las tablas era grabado y proyectado, en vivo, en las pantallas. Las expresiones de los personajes y detalles claves de la trama quedaban expuestos al público de la forma más ingeniosa y puntual. Andrea Montoya, quién asistió a la función del pasado 4 de febrero, opina que asistir a esta obra es una “excelente oportunidad para que tus cinco sentidos se pongan de punta”.
Estos elementos, sumados al largo trabajo que ha estado realizando el elenco, le otorgan al público la posibilidad de relacionarse con los actores y con la historia a través de la tecnología puesta en escena. Para Gustavo Sánchez, parte de la audiencia en esa misma función, la virtud de la obra no se encuentra solo en el aspecto técnico, sino también en que “ayuda a analizar temas importantes, con hechos que en verdad sucedieron y que son comparables con realidades actuales tanto en nuestro país como a escala mundial”.
Después de terminada la función, Armando Álvarez, director general, destacó que hacer teatro es un trabajo constante, y que esa había sido una función especial, pues había conversado con los actores antes de salir a escena para solventar algunos detalles que habían estado fallando en las funciones anteriores.
La Ola se presenta todos los viernes, sábados y domingos en Teatrex, en el Piso 5 del C.C. Paseo El Hatillo La Lagunita.Mónica García del Castillo

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